15 Mar Las crisis si tienen solución.
Crisis es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución. Las crisis son propias de las personas ¿quién no tiene crisis ante las miles de situaciones que nos presenta la vida? por lo tanto en los matrimonios hay situaciones de crisis, todos los matrimonios pasan por crisis, entender esto es importante porque sino corremos el riesgo de pensar que pasa porque no somos el uno para el otro y que nos hemos equivocado, por lo que nos lleva a romper en vez de a evolucionar. Evolucionar: hacer una persona o una cosa, una evolución o cambio gradual, especialmente de conducta, de actitud, de ideas, etc. Pero no del otro, si no de mi.
Lo primero y más importante es querer reconocer que las cosas en casa no marchan como me gustarían, tratar de engañarnos y hacer como sino pasara nada o escurrir el bulto pensando que ya se solucionará … los temas o los abordamos o nos abordan, bien lo sabemos.
Ante una crisis con nuestro cónyuge algunos puntos que nos ayudarán a ir hacia la evolución:
Primero pensar: ¿qué puedo hacer yo?, ¿qué es lo que el otro está necesitando de mi?, no es sentirse culpable es saberse parte fundamental para poder cambiar la situación.
De vital importancia saber buscar los medios adecuados para actuar. Hay que preguntarse cómo hacerlo. No esperar a que el otro haga.
Si llevamos varios días sin hablarnos hay que buscar como puede surgir ese diálogo, en lo que nos ha hecho enfadar no vamos a conseguirlo, hay que agenciarse una manera inteligente para poder hacerlo, proponer algo atractivo al otro para que tenga una disposición a querer. Si por el contrario la actitud es de que yo no tengo nada que cambiar, no puede surgir el reencuentro que es el comienzo de la evolución.
No se trata de buscar culpables, se trata de querer amar, no se trata de vencer, se trata de hacer ver, no se trata de rechazar al otro, se trata de querer ayudar, no se trata de tener razón, se trata de entrar en ella, no se trata de aguantarse, se trata de darse.
Una pregunta que no falla es ; ¿que haría el amor?. Cuando ponemos el corazón al servicio de la voluntad de querer amar, identifica el camino y nos da la fuerza para llevarlo a cabo.
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