03 Mar La libertad en el matrimonio
Según la RAE, libertad significa: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”.
En la actualidad hay personas que se aferran estrictamente a esta definición e intentan huir del compromiso de pareja. Frente a este, encontramos el conocido como ‘amor libre’, al que se aferran los que dan por sentado que comprometerse resta libertad al vínculo.
En el ámbito de las relaciones afectivas, este tipo de personas no quieren o no son capaces de respetar los límites que en otros ámbitos la sociedad nos impone. No quieren exigencias, no están dispuestos a dar explicaciones y ven con buenos ojos la infidelidad.
Pero, el matrimonio no está en contraposición a la libertad. Empezando por el principio, ¿no es de hecho una decisión de los cónyuges de empezar a construir una vida común.
Establecer límites es necesario a la hora de iniciar una vida compartida, pero eso no significa que cada persona cuide su espacio individual, tenga sus proyectos propios, sus planes y pueda disfrutar a solas.
¿Y cómo se construye entonces un amor en libertad? El amor en el matrimonio supone la donación mutua de los cónyuges en toda su dimensión, como hombre y como mujer. Y también significa profundizar en la historia familiar y personal de cada uno. Aprender a entenderse y respetar espacio personal de los cónyuges cuidando de que sea para el crecimiento y el bienestar mutuo.
El matrimonio debe construirse en un ambiente de libertad en el hogar, en el que el marido y a la mujer se sienten libres porque confían el uno en el otro, pueden expresar sus pensamientos libremente y no van a ser juzgados, aunque no estén de acuerdo en cualquier tema.
Un amor sin libertad no es sostenible en el tiempo, y el matrimonio es un ejercicio de libertad completa.
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