17 May El amor maduro. Matrimonios sin hijos ya en casa.
Cuando los hijos ya no están en casa: Nueva etapa del matrimonio
Los matrimonios atraviesan distintas fases a lo largo de su vida, cada etapa precisa de una serie de cambios que hay que procesar, equilibrar y que dan lugar a una nueva experiencia dentro de la relación que hay que saber encajar como un nuevo proceso vital.
Cuando los hijos se hacen adultos y se van de casa, el matrimonio, vuelve a “quedarse solo”, de alguna forma vuelven a ser ”solo” dos, este momento hay que vivirlo como una nueva oportunidad para encontrarse de una forma más madura, y aún más verdadera.
El amor en este punto es un cúmulo de comprensión, respeto, libertad y comunicación constante. Es una nueva oportunidad de ser nosotros mismos, de pasar más tiempo juntos, de reconciliarnos con nuestras aficiones, o de descubrir juntos otras nuevas.
En ocasiones la fase del nido vacío, como se le conoce, puede llevar al matrimonio a una sensación de vacío, soledad, de nostalgia continua, o de una búsqueda impaciente de llenar el hueco que dejan los hijos, algo que puede generar conflictos internos, o a interpretar que se aproxima una crisis. Desde Matrimonio y Familia, consideramos que es el momento de apoyarse más que nunca en el cónyuge, de conversar, de amar y vivir desde la tranquilidad, es el momento de recoger los frutos del proyecto familiar. Esta etapa hay que vivirla con calma, optimismo, y energía.
Debemos buscar lo que nos une, aquello que nos quedó por hacer, viajar, compartir tiempo juntos los dos, y dejarse también un espacio para cada uno, donde poder retomar aficiones. Es una etapa de escucha y compañía, que mejorará la relación marital, y que es una ilusionante vuelta a empezar.
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